De mí Para mí
Lo veo tan fácil en todos los que me rodean que fueron hasta obligados a nivel mundial a hacerlo y solo pensaba en qué momento podré hacer eso mismo para respirar un poco y tomar aire al continuar con los que normalmente hago para así entender que en se puede disfrutar sin tantas revoluciones dándole importancia a cada microsegundo que sucede a mi alrededor con el mismo valor que le doy a mi yo que continúa en una carrera en la cuál no sé contra quién compito siguiendo sin parar sin prestar atención estando presente no consiente haciéndome pensar en todo aquello perdido por no priorizar el obsequio que el tiempo me ha dado llamándolo en una conjugación tan perfecta que al mencionarlo solo pienso en una tarjeta con un moño decorándolo el presente que tengo frente a mí todos los días viendo a todos hacerlo con sus pausas y respiros pero sigo sin parar ni detenerme hasta llegar a algún final que ni sé cuál es que quisiera hacer eso que todo hacen el stop para identificar los sentimientos en cada palabra que me dicen el calor que se siente con cada nacer del sol la piel cacareando por la emoción del hoy.
CUENTO CORTO SUDACA
Y por todo lado se habló de fútbol, y se hablará aún más después de ese pitazo final. Un pitazo que nuevamente pone en la cima al once ideal del impresionismo de la caprichosa. Un término que por estos días el Lio y el Ney pusieron en órbita. Ese que empezó a inmortalizarse en su primera versión en los 30's. Luego una hecatombe llamada Maracanazo, que 8 años después dio inició a una historia de total realeza.
Los primeros tri, tetra y pentacampeones. Un final de infarto por allá en el 78. Un gol de un solo hombre en el 86, que después ese mismo marcaría la historia de cómo se debe calentar por allá en el 89. Por eso se ganan los sobrenombres del fenómeno, el bruxo, el chapulín, o rei, la pelusa, la pulga, el matador, cachavacha. Un sin fin de adjetivos que han llevado a ese impresionismo a lo más alto.
4-4-2, 5-3-2 o cualquier otra combinación dan forma al ataque y a la defensa. Pero en Sudamérica, las filigranas desbordan, suben y bajan, los enganches engañan al atacante, el caño abre las piernas y le dan la periférica para ese pase del 10, que abre el centro del campo a un 9, que dan unas cuantas pedaladas, deja tendido al portero… y es un ¿gol?, ¿un golazo? O solo termina en un ¡Uyyy!. Qué importa, eso es arte, por lo que vale la pena pagar la boleta.
Sudaca se monta en lo más alto, es lo que importa, y hoy espero que dentro de 4 años, el baile sea Brazuca, ese del jogo bonito, para que el impresionismo del fútbol no desaparezca por el modernismo y plano arte futbolero del viejo continente.
CUENTO CORTO
EL ESPACIO EXTERIOR
Se habla que es infinito y que el soldado Lightyear va hasta el más allá. Que con el agujero de gusano podemos vencer la relatividad y la barrera del tiempo. Un tiempo que guarda muchos mitos, cómo ese que dice que te ayuda a olvidar.
Sí, los años pasan y el backup de tu mente empieza a optimizar espacio. Dejas de recordar el color de sus ojos, su camisa favorita, las constelaciones de su cuerpo formadas por pecas y lunares, también el punto exacto donde la hacías humedecer hasta los pensamientos.
Olvidas que no le gustaba desayunar, el nombre de su película y canción favorita. Pero el espacio arruinará la excelente tarea de los años.
Te dejas llevar por la gravedad, y volteas por la diagonal cerca de Mercurio y el Sol, encontrándote debajo del techo donde la besaste por primera vez.
Sales por la vía láctea para alejarte de ese lugar y subes a la colina de Venus, desde allá ves las luces de una ciudad de papel y el pardear de la lámpara de su cuarto.
Das el paso más grande de la humanidad, en la Luna. Testigo de noches de pasión que te hicieron sentir lo afortunado de vivir en la misma Tierra donde ella te hacía suspirar.
Te detienes por el palpitar rojo de Marte, aprovechas para sacar y mirar el celular esperando leer nuevamente la notificación: ¿Te demoras en llegar?
Esquivás algunos obstáculos. Ni las rutas del espacio se salvan de los cráteres que dificultan la movilidad. Y de frente, el gigante Júpiter, el edificio más grande del sistema solar. Cerca de ahí, los circulares rollos de sushi muy al estilo de los anillos de Saturno eran el almuerzo, la cena o el bocadillo perfecto.
En 18 kms años luz el frío de Urano te puede congelar, pero era el camino inevitable para salir de la rutina, un chocolate caliente, un merengón y ella era la más feliz.
Y bajas un cambio, obtienes mayor fuerza de propulsión del motor para salir a toda velocidad del perímetro espacial pero, planetear le hacía volar la imaginación, tanto, que ni Neptuno, ni Plutón están lejos para escucharla decir que eras el amor de su vida.
Así te das cuenta, que el tiempo te ayuda a olvidar, pero en el espacio siempre orbitan sus recuerdos.
CUENTO CORTO
¿VICTORIA?
La brisa a la orilla del mar
el sol radiante;
un sabor, un helado o gelatto: pistacho
congela el cerebro y el pensamiento de victoria
Cada mañana
un poco de fruta
inicia el día
con victoria.
Ver a la izquierda
par de montañas
y a la derecha el Valle
es senda de victoria.
Frío o caliente.
Con leche o sin leche.
Eso sí, sin azúcar,
el café es el sabor a victoria.
Hasta el punto de ebullición.
3 minutos de cocción.
Huevo duro. Y listo el ramen,
¡Victoria!
​
Se esconde al oeste.
Se enciende las estrellas
y en todas sus fases,
brillar es victoria hecha luna.
Controlas, tocas,
la pared, fintas,
al ángulo y es
¡Victoria!
La trama hace saltar el maíz
por esas historias de películas,
qué se piensan cómo
una victoria.
Es de domingo,
escape al río,
tarde con postre
y termina de victoria la semana.
Horas de espera
que encienden la imaginación
y la creatividad
dando vida a la idea de victoria.
Tan simple, tan mínimo,
tan presente, tan vivo,
tan así, tan allá,
es disfrutar el placer de la vida
que por sí ya es VICTORIA.
¿Y quién es Victoria?
O quizás…
¿Qué es victoria?